El Rolfing® es un proceso corporal holístico que a través de manipulaciones de la fascia (tejido conectivo) y la reeducación del movimiento, busca equilibrar la relación de tensiones dentro de la red de la fascia en correlación con la gravedad, donde no se requiera esfuerzo para mantener el cuerpo en posición vertical.
La Dr. Ida P. Rolf, creadora del método Rolfing® Integración Estructural, reconoció desde el principio que el campo gravitacional de la tierra juega un papel esencial como elemento organizador de la estructura corporal, la coordinación del movimiento, la percepción espacial e incluso la expresión humana. Este concepto innovador de integrar la gravedad en el dispositivo terapéutico es una diferencia clave entre Rolfing® y otros métodos de terapia de fascia, ya que la gravedad proporciona al cuerpo humano una fuerza estresante, pero organizadora. Hasta el día de hoy, el Rolfing® sigue siendo un método terapéutico único.
Se abordan los desequilibrios y compensaciones a partir de la liberación del tejido fascial, la desinhibición de la percepción y la evocación de movimientos desde un registro tenségrico y global, para obtener una mayor eficacia en el funcionamiento corpóreo.
Cotidianamente y de forma inconsciente adoptamos posturas inadecuadas, realizamos movimientos repetitivos, sufrimos caídas o accidentes y vivimos experiencias personales que generan tensiones y desequilibrios físicos que afectan a nuestra salud y bienestar. El método Rolfing® permite recuperar ese equilibrio perdido y alinearnos de nuevo con la fuerza de la gravedad.
Todo ello se observa en una mejora de la postura y el aspecto físico, alivio de tensiones y dolores, aumento de la estabilidad, la flexibilidad y el bienestar corporal global. Es indicado tanto en personas que sufren una determinada dolencia y quieren mejorar su calidad de vida, como para aquellas que quieran gozar de una mejora del movimiento y la conciencia de su propio cuerpo, así como para prevenir futuras afecciones, consiguiendo un mayor bienestar físico y mental.
La Dr. Ida Rolf desarrolló una serie terapéutica que consta de diez sesiones. A lo largo de esta serie, los patrones de postura y movimiento se mejoran sistemáticamente:
La fascia constituye una red de tejido fibroso y colagenoso en nuestro cuerpo, el cual siempre ha sido el "material de trabajo" de Rolfing®. La creadora de Rolfing®, la Dra. Ida Rolf, se refirió a la fascia como el "órgano de la forma" y creía que el cuerpo es maleable y moldeable a través del tratamiento de la fascia (tejido conectivo). La investigación actual de la fascia confirma ahora cuán innovadoras fueron las teorías de Ida Rolf.
La fascia impregna todo el cuerpo, está viva y está dentro de todos nosotros. La fascia es un tejido blando y moldeable que se asemeja a una red tridimensional, situada debajo de la piel a nivel superficial y envuelve las estructuras individuales del cuerpo como los tejidos sólidos de los huesos, los tejidos blandos de los músculos y los tejidos líquidos de la sangre, la linfa y el líquido intersticial, y demás órganos a nivel profundo. La fascia organiza y al mismo tiempo conecta todas estas estructuras a través de una red con todo el cuerpo.
La fascia saludable constituye una red continua de fibras de colágeno y fibras de elastina, que puede adaptarse a diferentes tipos de tensión a través del movimiento y el estiramiento.
Entre muchas otras funciones, la fascia da soporte, protección y forma al organismo; como también cambia y se adapta constantemente en respuesta a las demandas del cuerpo del individuo. Tiene una consistencia viscosa, muestra un alto nivel de resistencia a la tracción y permite deslizar sin esfuerzo las distintas estructuras corporales, y con ello su correcto funcionamiento; de forma que cuando pierde elasticidad o capacidad de deslizamiento se producen desequilibrios que pueden generar distintas dolencias o disfunciones.
La fascia es nuestro órgano más importante para la conciencia del cuerpo, también llamada propiocepción. Esto se debe a la densidad de receptores presentes que constantemente envían señales sobre la posición de nuestro cuerpo a nuestro cerebro. La fascia juega un papel importante en el movimiento, especialmente en la transmisión de energía.
La Dr. Ida P. Rolf, creadora del método Rolfing® Integración Estructural, reconoció desde el principio que el campo gravitacional de la tierra juega un papel esencial como elemento organizador de la estructura corporal, la coordinación del movimiento, la percepción espacial e incluso la expresión humana, lo que diferencia este método de otros de terapia de fascia.
Todos en este planeta estamos lidiando con el campo gravitacional. La gravedad de la masa de la tierra atrae nuestra masa humana relativamente pequeña hacia el centro del planeta de manera constante a lo largo de nuestras vidas. A su vez, la superficie del planeta (el suelo, el piso) nos empuja con una fuerza igual y opuesta, llamada fuerza normal. La gravedad y la fuerza normal juntas nos hacen estacionarios, pero no necesariamente con un cuerpo organizado.
El Rolfing® toma en cuenta el papel de la gravedad en nuestra salud, ya que el campo gravitacional nos afecta en todas partes de la tierra y crea constantemente tensiones en nuestros cuerpos. La gravedad siempre está presente informando la experiencia de la verticalidad a través de la red de la fascia quien por su estructura global y tenségrica, absorbe y distribuye las tensiones en un equilibrio dinámico en toda la corporalidad, tanto al estar de pie, al dormir o al movernos. Cuando las distintas estructuras de nuestro cuerpo no están bien organizadas entre ellas, no somos capaces de hacer frente a la gravedad de forma eficiente, generando desequilibrios y compensaciones para mantenernos en posición vertical. Como resultado, la fascia se vuelve cada vez más compacta en ciertas áreas del cuerpo, perdiendo su elasticidad y demandando mucha energía, lo que puede producir restricciones de tejido fascial, dolencias, disfunciones de movimiento respiratorio, circulatorio, disminución de la movilidad, inhibiciones sensoperceptuales, estrés, etc.
A través de Rolfing® buscamos recuperar ese equilibrio perdido y alinearnos de nuevo con la fuerza de la gravedad, donde dentro de la red de la fascia las tensiones se equilibran dinámicamente sin requerir esfuerzo para mantener el cuerpo en posición vertical. Idealmente, en una posición de pie, el centro de gravedad de cada segmento del cuerpo se organiza por encima de los segmentos a continuación. En este estado, una persona apenas necesita fuerza muscular activa para mantenerse erguida porque la integridad anatómica de la estructura está alineada con la gravedad que proporciona soporte desde el suelo. Las fuerzas de tensión en el cuerpo están en equilibrio.
Es aquí donde el objetivo principal del trabajo con el Rolfing® es liberar las partes del cuerpo de tensiones innecesarias e integrarlas en toda la globalidad de la corporalidad.
“El cuerpo necesita estirarse, equilibrarse: un cuerpo equilibrado hará surgir un ser humano mejor.”
El Rolfing® fue creado por la científica norteamericana Ida P. Rolf (1886-1979), diplomada en Bioquímica por la Universidad de Columbia. Después de sufrir un accidente en la adolescencia, Rolf tuvo una secuela física y no encontró la solución en la medicina. Fue así que comenzó a investigar en trabajos corporales con abordaje estructural y funcional, como el yoga, la osteopatía y la quiropraxia. A partir de sus propias experiencias, desarrolló el método de trabajo que vendría a ser conocido como Integración Estructural (IE), difundido en los Estados Unidos a partir de los años 50 y conocido mundialmente como Rolfing® – Integración Estructural.
Como base para el Rolfing® tomo la influencia que ejerce la gravedad sobre nuestros cuerpos y la búsqueda de la mejor interacción posible con la gravedad organizando el cuerpo alrededor de una línea vertical. Como medio para esto, observó la plasticidad de la fascia (tejido conjuntivo) y su rol preponderante en la estructura corporal. Concibiendo al Rolfing® como un proceso de reeducación postural y de movimiento.
Ida Rolf creía en la integración estructural como una forma de intervención directa en la evolución de la especie humana. No estaba interesada en curar síntomas, ya que la relación adecuada con la fuerza de la gravedad se encargaría de eso. Ella quería crear seres humanos más fuertes y seguros, conscientes de que el equilibrio energético es la clave para una vida de bienestar físico, mental y espiritual.
Diseño y realización por defelicerafael@gmail.com para Maccingames.srl . Argentina. Enero 2020